domingo, 15 de noviembre de 2015

Games (Epílogo)

 (lo que sucedió cuando SeungHo se fue)

- G.O - dijo suavemente Joon mientras veía la puerta cerrarse - ¿Crees que estará bien? -.
- No tengas miedo, no le va a pasar nada. Lo más seguro es que termine con sus padres -.
- Son un par de horas hasta allí, hyung -.
- Ahora no sabe que va hacia Anyang, pero es lo más probable que termine en la puerta de su casa - suspiró.
- Nunca pensé que reaccionaría así -.
- Él cree que es duro, pero en realidad es mucho más sensible que nosotros. Es por eso que nunca le confesé mis sentimientos, tenía miedo que se quebrara -.
- Entonces, ¿fue mi culpa? - Joon miró el piso mientras comenzaba a llorar.
- Era algo que tenía que suceder eventualmente. Tarde o temprano íbamos a encontrarnos en esta situación -.
- ¿Por qué lo dices? -.
- Iba a llegar un momento en que alguno de los dos no iba a soportar más la situación. Sucedió más pronto de lo que esperaba -.
- Todo porque fui egoísta y le confesé mis sentimientos - se refregó la cara para tratar de frenar las lágrimas que seguían cayendo.
- Probablemente lo hiciste porque lo quieres más que yo - susurró G.O.
- Hyung! - lo miró a los ojos - Yo sé que amas a SeungHo hyung, te escuché decirlo. Yo...yo... no hay forma que yo pueda quererlo más que tú -.
- Conozco a SeungHo más de lo que se conoce él mismo, por lo tanto siempre pienso desde su punto de vista - tragó el nudo en la garganta - es por eso que no creo que sea conveniente que me mantenga a su lado -.
- ...hyung - sollozó - tú lo mereces más que yo -.
- Pero sé que lo que pasó entre ustedes es algo que él nunca va a olvidar. Y no quiero vivir como he estado viviendo estos últimos días. No quiero andar persiguiéndolo, temiendo que cada vez que esté fuera de mi vista vaya corriendo a tus brazos. No quiero vivir más así - se le escapó una lágrima que rápidamente borró con la mano.
- Puedo renunciar a él, hyung - se mordió el labio ante el pensamiento.
- Sé que no puedes, Joon, porque ya lo intentaste y fallaste ¿o me equivoco? -.
- Yo...yo - ¿Cómo lo supo?
- Tal vez seas lo que él necesite. Alguien que no pueda pensar como él, que esté dispuesto a arriesgarse a todo sin pensar demasiado. Yo ya no puedo hacer eso. Me acostumbré a amarlo en silencio, a tenerlo sólo cuando los dos estemos dispuestos -.
- Yo no podría hacerte eso, hyung. No merezco el sacrificio -.
- Haz que valga la pena, Joon. Que mi paso al costado sea para bien de todos. Lo hago por la armonía del grupo, por la paz de SeungHo y quizás por la mía propia. Hazlo feliz, quiero que SeungHo sonría. Piensa que estás haciéndolo por mí también. Toma mi amor, júntalo con el tuyo y nunca lo dejes ir. Sé que tú puedes hacerlo -.
- ...hyung, ¿cómo podría? Sufrirás si yo hago eso -.
- En unos días comienza la filmación del drama, Joon. Dedicaré todas mis fuerzas y mi tiempo a ese proyecto. No estaré en la casa para ver. El drama tendrá mi mente ocupada, será el antídoto que necesito. No podré estar en la casa -.
- ¿Qué hago hyung? No creo que quiera volver a verme -.
- Lo sé - suspiró - por eso vas a ir dentro de tres días a buscarlo -.
- ¿Y si no quiere recibirme? - preguntó desesperado.
- Va a hacerlo, aunque sea para mantener las apariencias con su familia. Aprovecha la ocasión y aférrate a él. Haz lo que creas necesario pero no lo dejes ir -.
- Me va a rechazar. Sabe que tú también lo quieres -.
- Afortunadamente no le dijiste el alcance de mis sentimientos. Eso va a ser de ayuda. Ten un poco de fe en tí mismo Joon, sé que lo lograrás -.
- ...hyung - sollozó más fuerte.
- Es todo lo que puedo hacer por la armonía del grupo y la paz de todos - fue caminando lentamente hacia la puerta - tal vez algún día pueda ser lo suficientemente egoísta y valiente como para impedir que alguien vuelva a robarme lo más preciado - susurró para sí mismo en cuanto se cerró la puerta. Lágrimas corrían por sus mejillas.

martes, 3 de noviembre de 2015

Propuesta Indecente (parte III)

El sonido de la puerta abriéndose sobresaltó a G.O y el corazón estuvo a punto de detenerse cuando divisó esa cabellera color vino tinto. Entraba sin hacer ruido, inclinándose a modo de agradecimiento a la persona que lo trajo y finalmente dándose vuelta para mirarlo. Se levantó de un salto. Una vez que estuvieron frente a frente, G.O pudo apreciar mejor las facciones del otro. Desde el cabello sedoso, la piel absolutamente clara, salvo debajo de los ojos, donde unas ojeras acompañaban esas hermosas orbes perfectamente adornadas por unas pestañas largas. Quería estirar la mano y tocarlas, pero eso sería apresurarse. Y él quería tomar con calma la situación, estudiar el ambiente antes de hacer un movimiento. El sonido de un carraspeo lo sacó de sus pensamientos.