miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cumpleaños

Autora: Yang Luces.
Colaboración especial: Priseungholic.
Estilo: Escritura espontánea vía chat.
Advertencia: No se ha modificado ninguna parte del texto ni editado al fin de mantener el espíritu de la espontaneidad por lo que pueden haber errores, se pide la comprensión del lector en caso de hallarlos.

G.O iba manejando. La media sonrisa no salía de sus labios por mucho que Seungho lo amenazara si no le decía a dónde iba.

- Dime, ¿a dónde me llevas? - insistió por vigésima vez el líder.
- Lo sabrás cuando lleguemos Seungho, deja de insistir -.
- Nos estamos alejando bastante de Seul - comentó al paso mientras observaba los carteles. Iban al sur.
- Deja de mirar los carteles. No logré que volviésemos solos para que vengas a arruinar mi sorpresa -.
- Tengo ojos, voy a seguir viéndolos - se cruzó de brazos.
- Tienes razón, el problema son los ojos - buscó una parada en medio de la ruta y detuvo el coche ante la atenta mirada del líder. Abrió la guantera y sacó un pañuelo que guardaba ahí para proteger su garganta del viento.

- ¿Qué haces? -.

- Soluciono el problema - se encogió de hombros mientras se acercaba cada vez más a SeungHo.
- ¿Qué pretendes? - el líder se tiraba para atrás, adivinando las intenciones de G.O.
- Sé un buen chico y déjame vendarte los ojos. Será más divertido así - sonrió.
- Tú y tus ideas pervertidas - suspiró derrotado mientras dejaba que le cubriera los ojos.
- Nunca te has quejado - comentó maliciosamente recibiendo a cambio un intento de golpe en las costillas que milagrosamente logró esquivar.
Por una hora el viaje siguió, música suave continuaba sonando hasta que divisó la entrada a las cabañas. Era un lugar tranquilo, privado y muy discreto. Cada cabaña alejada de la otra por al menos cien metros de distancia. Se preguntaba vagamente si alcanzaba para la privacidad que buscaba. Frenó despacio el auto.
- ¿Ya llegamos? - preguntó aliviado el líder - ¿Puedo quitarme ya esta cosa? -.
- Espera un poco SeungHo -.
- ¿No llegamos? Entonces, ¿por qué frenaste? -.
- Ya llegamos pero quiero comprobar algo primero, no te quites la venda, promételo -.
- Esta bien, está bien - dijo derrotado -. Es tu sorpresa, no la arruinaré -.
- Te prometo que no te arrepentirás - le dio un corto beso en lo labios y salió corriendo hacia la puerta. No quería impacientar a SeungHo, así que entró rápidamente. Comprobó que todo estuviera como lo había especificado y prendió los leños que ya estaban prolijamente colocados dentro de la chimenea. Volvió justo a tiempo para ver al líder bajarse del auto, se rió por lo bajo al notar la imapciencia del otro. Debía admitir que al menos no se había descubierto los ojos.
- G.O, ¿dónde estás? Es aburrido esperar en el auto - mantenía los brazos extendidos por temor a chocarse con algo.
- Me fui un minuto - contestó, poniéndose frente a él para que notara su presencia.
- Te fuiste una eternidad - lo tomó por los hombros - ¿Puedo ver ya? -.
- Espera, espera - le tomó el brazo y lo condujo hasta la entrada de la cabaña. Ya ahí se puso detrás de él y le quitó el pañuelo - Feliz cumpleaños - le susurró al oído.
- G.O... esto es muy cursi - entró y fue directamente hacia la chimenea.
- Sólo busqué un sitio alejado para que podamos festejar ambos cumpleaños - cerró la puerta.
- Y dio la casualidad que ofrecen servicios para recién casados? - preguntó mientras señalaba el champagne enfriándose en una hielera de plata, dos copas de cristal, las rosas rojas en varios jarrones, frutas cortadas prolijamente en una bandeja.
- Ni siquiera leí lo que incluía, sólo busqué un lugar alejado donde pudiéramos estar los dos, sin ser interrumpidos - se fue acercando lentamente mientras mantenía la mirada -. Simplemente podemos ignorar toda esta parafernalia romántica y celebrar - se detuvo a centímetros.
- Pienso que podríamos brindar, ya que está el champagne aquí - respondió nerviosamente. Podía sentir la mirada de G.O abrasando cada parte en la que posaba sus ojos. Había pasado mucho tiempo desde la última vez.
- Deja que yo lo abra - se ofreció, descorchando el alcohol y volcándolo con precisión en las dos copas - ¿Y por qué quieres brindar? -.
- Por este lugar, y por la oportunidad de estar aquí - chocó la copa y bebió de un trago todo el líquido.
G.O veía cómo iba pasando el alcohol, cómo se movía eróticamente la nuez de adán por cada trago y no lo soportó más. Tomó a Seungho por la cintura, sorprendiéndolo y le dio un beso. Mordió el labio inferior del líder hasta que le dio permiso de explorar esa cavidad que tan bien conocía. Podía sentir el alcohol mezclado con la dulzura de los labios de Seungho. Besarlo era mucho más embriagador que cualquier bebida y lo fue apretando cada vez más contra sí de forma que no había ni un mínimo espacio que los separaba. Fue conduciéndolo torpemente hacia la alfombra que estaba frente a la chimenea y lo arrojó sin mucha ceremonia. No le dio tiempo a protestar cuando volvió a reclamar sus labios mientras luchaba con deshacerse del abrigo del líder. Ambos desesperados por eliminar cada barrera que los separaba. Ya desnudos, apenas iluminados por las llamas de la chimenea y la luna que se colaba por la ventana, como si estuviera espiándolos o ayudándolos a ver con claridad la lujuria que irradiaban en sus miradas. G.O se separó por un momento para contemplar su obra de arte. La piel blanca y tersa contrastando con la oscuridad de la alfombra y con su cuerpo. Y se preguntó, como cada vez que Seungho y él compartían algo tan íntimo, qué había hecho bien en su vida pasada para merecer el amor de un hombre tan perfecto en cada sentido de la palabra. Se volvió a abalanzar, esta vez mordiendo y lamiendo el níveo y largo cuello del líder, luego bajando lentamente por el pecho. Dejando marcas a su paso, con esa necesidad siempre presente de querer demostrarle al mundo a quién pertenecía el hombre que arqueaba la espalda cada vez que lo tocaba con sus labios. Sus manos dejando toques fantasmas en los muslos, acariciándolos, preparándolos. Había pasado mucho tiempo. Fue bajando hasta pasar el ombligo, llegando al área que más atención necesitaba. Mirándolo fijamente sacó la lengua y le dio una lenta lamida a la punta, ganándose como recompensa un fuerte gemido de parte de SeungHo. Sonrió satisfecho y comenzó a tomarlo lentamente en la boca, dejando que la lengua delinee cada vena que palpitaba. Él mismo se sentía palpitar, excitándose con cada delicioso sonido que escapaba de los labios del líder. Fue aumentando el ritmo a medida que el volumen de la voz de SeungHo subía. Le gustaba que no fuera silencioso. Supo en el momento en que se estaba por venir y se detuvo, sonriendo pícaramente mientras buscaba en sus pantalones el lubricante.
- Por qué... te detuviste - decía casi sin aliento Seungho, colorado, sudando.
- Quiero que lleguemos al orgasmo juntos, yo profundamente enterrado en tu interior - le mostró la botellita de líquido transparente -. Me pregunto si será suficiente -.
- Ya, G.O, deja de juegos, no aguanto más - casi suplica el líder, impaciente por llegar al clímax a toda costa.
G.O no necesitó escucharlo dos veces y le separó las piernas. Volvió a tomar el miembro en su boca para distraerlo del primer dedo que lo penetraba. Sabía que dolía, que ya no estaba acostumbrado, pero la lujuria que sentía le impedía pensar con claridad. Los quejidos de molestia lo excitaban más y fue metiendo el segundo, luego el tercero. Buscaba ese pequeño cúmulo de nervios que haría que SeungHo grite su nombre y lo encontró. Fue masajeándolo hasta que escuchó que el líder no aguantaría un minuto más. Se incorporó, tomó las dos piernas de Seungho y las puso sobre sus hombros. De una estocada lo penetró por completo. Se mantuvo quieto mientras esperaba que le diera la señal para moverse. Fue dejándole besos alrededor del rostro, lamiendo las lágrimas que salían de los ojos de la persona que amaba. Sintió que movía las caderas y supo que estaba listo. Fue moviéndose lentamente al principio pero a medida que los gemidos iban aumentando también lo hacía su velocidad. Estaba en su pedazo de cielo, disfrutando de la caliente estrechez que lo succionaba cada vez más profundo. Se encontraba casi en el límite pero aún no volvía a dar con la próstata de Seungho hasta que se le ocurrió una idea. Le bajó las piernas y lo atrajo hacia su pecho, de manera que quedaba sentado en su regazo. Fue besándolo con pasión, acelerando el ritmo, haciendo que los movimientos sean erráticos, desesperados, torpes. Ambos buscando la liberación que tanto ansiaban hasta que sus cuerpos no soportaron más y estallaron en mil pedazos, en un orgasmo que los arrolló por completo. Seungho acabando entre sus cuerpos y G.O dentro del líder. Trataron de recuperarse, de volver a juntar las piezas. Respirando profundamente, los cuerpos brillantes por el sudor, iluminados por el fuego y la luna. Se miraron intensamente y supieron que sólo era el inicio de una noche que ambos llevaban deseando. E iban a aprovechar cada minuto de ella.

-FIN-


Fue escrito anoche, en tiempo real. Dedicado especialmente a mi musa, que se encarga de torturar mi mente con diferentes escenarios para la 87line, provocando cada vez mis ganas de escribir sobre ello.

Espero les haya gustado.
Este es un print que muestra cómo fue escrita la historia:


2 comentarios:

  1. 87line los amoo! Amo al lider seungho y al peludito!! Me encantoo!

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  2. oh me encanto,
    adoro a los dos juntos y G.O siente tan sexy y necesitado
    SeungHo se dejo seducir.
    Que bonito regalo de cumpleaños
    me dio risa que era para los recien casados.
    Te quedo estupendo.
    Me fascino.

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