lunes, 22 de septiembre de 2014

Jeju Island (III)

Capítulo III: Torre Norte y Sur, primer encuentro

Mir corría hacia el edificio central cuando miró su reloj. Eran las catorce y cincuenta minutos. Estaba muy nervioso porque tenía que ir a buscar el informe y no quería quedar mal con el jefe del área IT, no cuando había escuchado tantas historias interesantes. El ascensor tardaba el doble de lo usual para Mir. Catorce y cincuenta y cinco minutos. Respiraba con dificultad por la carrera y los nervios. Cuando al fin llegó al piso, las puertas del ascensor se abrieron revelando un lúgubre ambiente. Miró las luces. Estaban todas prendidas. Podía notar el ambiente cargado, haciendo que temblara ligeramente ¿Entonces eran ciertos los rumores? Fue caminando lentamente, pasando los cubículos sin realmente mirar a los empleados que estaban allí. Llegó hasta la puerta del jefe de área (según estaba escrito) y golpeó tímidamente. Escuchó un “Pase” y fue abriendo la puerta lentamente.
SeungHo terminó de revisar los informes “falsos” que había repartido entre sus empleados y suspiró. Ninguno había llenado sus expectativas. Sólo había uno que había encontrado el ochenta por ciento de las fallas pero nada más. Extrañaba las oficinas de Seúl donde tenía su equipo ya entrenado ¿Valía la pena prepararlos cuando sólo quedaban dos meses? Supuso que no tendría alternativa. Si quería demostrar que podía con cualquier tarea que le encomendaran tenía que dejar bien entrenados para que lo dejen volver. Revisó su agenda. Tendría que resignar al menos dos horas, tres veces a la semana luego del horario del trabajo para dictar un curso de capacitación. Iba a volver más que cansado a su departamento esos días ¿Qué iba a hacer con G.O? Un ruido lo sacó de sus pensamientos. Miró la hora. Las tres de la tarde. Murmuró un “Pase” mientras agarraba el informe real de uno de sus cajones.
- Con permiso – entró Mir tímidamente – Soy del departamento de Administración, vengo por el informe -.
- Claro – levantó la vista y se sorprendió. Trató de ocultar lo más rápido posible su gesto – Aquí tienes el informe del departamento IT – le alcanzó la carpeta.
- Gracias – tomó un poco nervioso la carpeta y le hizo una pequeña reverencia.
- Un momento – dijo SeungHo cuando vio que se daba vuelta –. Tienes que decirme tu nombre para comprobarlo en los registros. Lo que tienes en la mano es información confidencial -.
- Ah, si – murmuró – Mi nombre es Bang Mir -.
- Bang Mir – repitió mientras tecleaba en la computadora. Observó el registro de empleados y comprobó que la foto coincidía con el pequeño que lo miraba nerviosamente –. Está todo en orden -.
- Me despido, señor – volvió a hacer una reverencia.
- Si me permites decirte algo – dijo medio dudoso SeungHo – Te recomiendo que visites el área de camping del hotel. Por las noches obtienes una muy interesante vista -.
Mir asintió y salió de la oficina extrañado. Por primera vez observó a la gente del piso. No eran más de seis y estaban mirando fijamente la computadora, tecleando furiosa y rápidamente. Parecían estar sumamente concentrados. Ninguno había notado su presencia. Casi sonríe al imaginarse que si pasara un circo en este momento ni se darían cuenta. Se metió en el ascensor. Era el área más rara que había visitado. El jefe era extraño, ojos oscuros y con ojeras, mirada absolutamente intimidante ¿Por qué le había sugerido que visitara el área de camping del hotel? ¿Estaba viendo los registros y sabía que no había pasado por ese lugar? Frunció el ceño. Todo era muy raro para él. Tal vez lo mejor sería preguntarle a Thunder sobre esa parte del complejo.
SeungHo se sentía algo tonto. Había reconocido a su pequeño vecino en el instante en que lo vio y por eso le había pedido sus datos. Para ser honestos, ya sabía el nombre de la persona que venía a retirar el informe pero se había olvidado de revisar el registro de empleados, estaba muy ocupado poniendo a prueba a sus subordinados. Quiso reír por la ridiculez que había dicho ¿Recomendarle el lugar donde trabajaba Joon? El pobre Bang Mir se de haber ido confundido. Se recostó en el respaldo del sillón mientras lo giraba hacia la ventana. Probablemente si no estuviera con G.O no se le hubiera ocurrido decirle algo como eso a su vecino. Sonrió. G.O lo había convertido en cupido, deseando que todos a su alrededor sean felices ¿Romántico él? Sacudió la cabeza. Era hora de volver a ser el jefe atemorizante. Fue mandando mails a sus empleados avisándoles sobre la capacitación. Ya se las vería más tarde con su novio.

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