martes, 6 de enero de 2015

El Pacto (L) - Final

Thunder miraba dormir plácidamente a L en medio de la cama. La ducha había servido para que recuperara cierta sobriedad y se preguntaba por qué recurría al visual de Infinite cada vez que sentía que su máscara de niño perfecto amenazaba con quebrarse. Nadie lo conocía en toda su extensión como él y sin embargo siempre había estado obsesionado con SeungHo. El líder era todo lo que ansiaba ser y por muchas máscaras que se pusiera siempre sentía que estaba varios escalones por debajo. Suspiró ¿Qué pensaría si se enterara de sus escapadas en la noche a distintos bares? ¿De que su inocente dongsaeng ha pasado horas buscando el amante perfecto? De los reemplazos que había buscado... Sonrió de lado. En eso podía compararse con G.O, él había hecho lo mismo. Ninguno de los dos fue capaz de soportar tener al amor de su vida bajo el mismo techo y no poder tocarlo, no poder demostrarle o gritarle su amor por temor a ser apartados. Ambos buscaron en otros cuerpos lo que sabían que SeungHo no podía darle. Si no fuera por el pacto, nunca lo hubieran experimentado. Porque no tenía dudas de que G.O había probado los labios del líder. Se preguntaba si era mejor ansiar unos besos que nunca fueron contra los que se experimentaron. Porque ahora que ya sabía cómo eran los añoraba con más intensidad que antes. Ahora que ya no cabía posibilidad de volver a besarlo, de compartir cama, el vacío era más insoportable que antes cuando todo se reducía a "tendría que ser mujer para tener la oportunidad". Sintió una vibración y se extrañó al mirar la hora y descubrir que Mir le había enviado un mensaje.


De: Mir
A: Thunder
Hyung, te perdiste la charla de SeungHo hyung. Finalmente admitió que le gustaban los hombres, delante de nosotros ¿Estás contento, hyung? Dijo que no debería haber más secretos entre nosotros y todos llegamos al acuerdo de no decir nada, no queremos que pierdas tu relación por contarle... Espero verte mañana!


Miró el mensaje confundido ¿El maknae seguía pensando que el líder y él estaban saliendo? Entonces SeungHo no había dicho nada sobre el hombre que le gustaba ¿Por qué? ¿G.O había sido tan tonto como para rechazarlo? No, no podía ser posible. Tal vez sólo estaban tratando de ocultarlo de los demás... ¿teniendo consideración de él? ¿Tratando de no dar un paso en falso? ¿Qué pasaría si él le contara a SeungHo hyung de todo el plan? Y ver como su renovada confianza se caía a pedazos. Sería interesante romper esa relación que aún no había tenido oportunidad de florecer. Tenía que volver a la casa. Cuando estaba por tomar su ropa, una mano lo agarró de la muñeca.
- No lo hagas Thunder -.
- ¿A qué te refieres? – trató de liberarse.
- Quieres volver y arruinar la vida de todos – se sentó en la cama sin soltarlo.
- Yo sólo quiero ser sincero -.
- Ya todo es inútil -.
- ¡Tú que sabes! – gritó furioso mientras se liberaba con violencia – Aún puedo conseguir que se separen, que nunca más se hablen. Que G.O nunca tenga a SeungHo… – gruñó mientras apretaba los puños.
- ¿Y crees que eso hará que vuelva contigo? – se paró, sin importarle estar desnudo – Tú fuiste parte del pacto. Él también perderá la confianza en ti – lo apuntó con el índice.
- Pero al menos G.O no tendría la victoria – sonrió de lado.
- ¿Es eso lo que realmente te importa? ¿Ganarle? ¿Qué es SeungHo para ti, un maldito trofeo? ¿A eso tú llamas amor? – le gritó enfadado.
- ¿Y por qué te enfadas tú? – respondió molesto.
- Entonces todas las veces que te ayudé para que puedas estar con tu verdadero amor, para que seas feliz… ¿fueron en vano? – se desplomó en la cama – Incluso manipulé al maknae por ti…- miraba el suelo.
- No entiendo qué estás murmurando -.
- No creo que seas capaz de entenderme, nunca. Estás muy equivocado si crees que eso es amor – lo miró desafiante.
- Pero yo amo a SeungHo – se defendió Thunder.
- Entonces, deberías dejar que sea feliz con la persona que él eligió – se levantó y fue en busca de su ropa.
- Él tiene que ser feliz conmigo, no con otra persona, ¡sólo conmigo! – gritó.
- Estás enfermo Thunder. Y yo fui un estúpido por ayudarte creyendo que era lo mejor para ti – se terminó de abrochar la camisa –. Si me llego a enterar que fuiste a revelar el acuerdo, le contaré a SeungHo todo lo que has hecho a sus espaldas y los trucos que utilizaste para ganarle a los demás -.
- No me puedes hacer esto – lo sujetó de la muñeca.
- Necesitas aprender la lección o nunca sabrás lo que es realmente amar a alguien – suspiró y se soltó para colocarse el abrigo y el gorro –. Lo hago por tu bien, sé que algún día me lo agradecerás. Y otra cosa, no quiero que me vuelvas a llamar ni mandar mensajes. No quiero saber más de ti – abrió la puerta y desapareció de la vista.
- L…. – susurró Thunder estupefacto.
SeungHo entró a su habitación y trató de calmarse. Se sentó en la cama mientras trataba de que dejaran de temblarle las manos. Acababa de hacer una confesión que lo cambiaba todo pero al menos ya no habrían más secretos en la casa. Respiró profundo. Aún faltaba algo más pero no sabía si su corazón podría soportarlo. Vio que los minutos pasaban agónicamente. Cuando por fin sintió que la casa quedaba en silencio, salió sigilosamente rumbo a la habitación de G.O. Golpeó y asomó la cabeza. Ahí estaba, con las sábanas revueltas.
- SeungHo… pasa – se sentó G.O.
- Permiso – entró y se sentó a su lado.
- ¿Cómo te sientes? Debe haber sido difícil tomar la decisión de contarles a todos -.
- Difícil si, pero pienso que fue una buena idea – sonrió ligeramente –, siento que pudimos renovar nuestros lazos como familia – suspiró –, aunque me hubiera gustado que Thunder también estuviera aquí -.
- ¿Lo extrañas? – preguntó G.O tratando de ocultar el dolor que le causaba el sólo pensarlo.
- Ya te dije que terminamos, sólo quería que él también pudiera hablar con Joon y Mir. Pero supongo que lo mejor es que esté con su familia… - se mordió los labios.
- No te sientas culpable SeungHo, con el tiempo él también lo superará -.
- No me gustaría que el grupo se distancie por mi causa. Si tan sólo hubiera podido aclarar mis sentimientos más rápido… -.
- SeungHo – le pasó una mano por el hombro para acercarlo – son cosas que ocurren sin que podamos controlarlas. Thunder es un chico de buen corazón, pronto lo entenderá, sólo hay que darle un poco de espacio -.
- ¿Tú crees? – lo miró dudoso.
- Claro que sí – le acarició levemente la mejilla notando con sorpresa que SeungHo se inclinaba a su toque. Sonrió y le dio un corto beso en los labios.
- G.O – murmuró sorprendido.
Ver ese gesto tan tierno de sorpresa hizo que G.O no lo soportara más y fue por otro beso, esta vez más largo y profundo. Si el líder intentó quejarse fue en vano, ya no escuchaba. Lo empujó ligeramente hasta que ambos quedaran acostados. Estaba tan feliz de que por fin podía tenerlo entre sus brazos. Mordisqueó esos labios que siempre lo tentaban y luego comenzó a besar toda la extensión de la mandíbula. Se separó un poco para observarlo.
- G.O… - lo miró inseguro.
Quería decirle que todo estaría bien, que nada malo ocurriría, que todo volvería a ser como antes y que no tema enfrentar nuevas cosas, pero en lugar de eso sólo le sonrió, esperando que con eso pudiera transmitirle la seguridad que necesitaba. Cuando SeungHo le devolvió el gesto decidió dejarse llevar también. Besándolo, sacando lentamente cada pieza de ropa que los cubría a ambos, sintiendo cada parte de su cuerpo con las manos, los labios. Se sentía en el cielo y a la vez en el infierno. Cada caricia que recibía sólo servía para aumentar el fuego que amenazaba con quemarlo por completo, y estaba dispuesto a quedar sólo en cenizas. Los únicos sonidos que escuchaba era su corazón latiendo a toda velocidad, la respiración entrecortada de ambos, la voz celestial de SeungHo cada vez que el placer se hacía más intenso y el morderse los labios ya se convertía en algo inútil. Flotaba entre nubes que no era otra cosa más que las blancas piernas que lo rodeaban, invitándolo a hundirse en ellas. Y ahí volvía al infierno, porque sabía que debía tomarlo con calma, que no debía seguir sus instintos. Fue preparándolo lentamente, como tantas veces lo imaginó, sólo que ahora era cien veces mejor porque era real, porque esos ojos lo miraban expectantes, temerosos y con una pasión que nunca creyó ser capaz de provocar en él. Volver al cielo resultó ser una sensación exquisita y apretada, que no quería abandonar. Cubriendo de besos todas las nubes que podía alcanzar, escuchando y diciendo palabras de amor que habían estado tanto tiempo encerradas en el corazón. Viajando cada vez más rápido entre los dos estados hasta que ambos llegaron a lo más alto y se dejaron caer libremente, saboreando cada sensación compartida. Quería permanecer así, como un ente único en indivisible pero se obligó a dejar su paraíso para no causar daño. Buscó su manta, arrojada junto con el resto de la ropa en un rincón, y los tapó.
- G.O… - murmuró SeungHo con los ojos casi cerrados a causa del cansancio y la saciedad.
- Debes dormir – le acarició el pelo.
- Siento que debería volver a mi habitación pero no tengo fuerzas – suspiró.
- Puedes quedarte esta noche conmigo -.
- ¿Y si los demás se dan cuenta? – bostezó.
- Si se dan cuenta, vas a tener que dar otra charla – lo abrazó con fuerza –. Pero esta vez yo estaré a tu lado – lo miró y descubrió que ya se había quedado dormido. Sonrió y cerró los ojos. No quería dormir porque en este momento, ningún sueño sería tan maravilloso como los brazos que lo estaban sosteniendo.
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FIN

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