La Venganza (I)

Hoy es el día más feliz de mi vida. Un momento. Debería corregir el tiempo verbal. Hoy era el día más feliz de mi vida. Rosas blancas por doquier, músicos, las mesas bellamente decoradas, mi grupo de amigos y allegados. Hasta el clima no presenta problemas. Todo es perfecto. Todo. Salvo este pequeño papel que mantengo arrugado en mi mano derecha. No quiero volver a repasar esas palabras. No lo necesito. Están continuamente repitiéndose en mi mente. <<Lo siento, no podré casarme contigo. Ailee>>. Mis padres me miran preocupados. Aún no les he dicho del retraso. Sonrío irónico. Incluso pienso que todo esto es un contratiempo. Miro a lo lejos al padrino de bodas, mi mejor amigo. Se me acerca rápidamente.

- ¿Qué quieres que haga, G.O hyung? - me mira apenado.

- Ya va a aparecer – me lo digo más para mi mismo que para él.

- Pasó una hora desde que recibiste la nota. Tus padres están alterados desde que vieron que los padres de Ailee te alcanzaron el papel y se fueron. Puedo despedir a los invitados si quieres... -.

- Mejor alcánzame el micrófono. Yo me encargo – sonreí de lado.

- Pero hyung... - protestó.

- Mejor averigua entre los amigos de Ailee cuál fue el motivo. Si alguien puede convencerlos de hablar eres tú, Mir -.

- Como quieras – me señaló la tarima.

- Allí voy – le palmeé el hombro y di la vuelta. Caminé con pasos decididos hacia el centro del salón donde estaba el micrófono. Podía sentir la vista de mi madre clavada en mi espalda. A lo lejos divisé a Mir hablando con varias personas. Tenía muchas ganas de quitarme la corbata, sentía que me estaba asfixiando. Carraspeé para obtener la atención de todos – Mis queridos padres, amigos, familia. Quiero anunciar que la boda ha sido cancelada por tiempo indeterminado por ausencia de la novia. Les ofrezco mis disculpas por las molestias ocasionadas. En minutos los mozos servirán la comida. El que quiera quedarse es bienvenido. Aprovechemos este día para celebrar que estamos reunidos. Que empiece la música! - sonreí y bajé de la tarima mientras me quitaba la corbata. Me acerqué a la mesa familiar bajo la atenta mirada de todos los invitados. Mi madre estaba sorprendida y mi padre hacía todo lo posible por mantenerse calmado. Sabía lo que esto causaría. Su único hijo varón, heredero, cantante sólo por capricho, aparecería mañana en todos los periódicos. Ya podía predecir los títulos. Incluso saldría en los noticieros. Fue una suerte que la locación se había mantenido en secreto para ellos. Iba a ser la noticia del año el escándalo en la boda de dos grandes exponentes de la música. Se quisieron acercar varios a preguntarme pero los evité yendo al baño. Necesitaba mojarme la cara con un poco de agua. O tal vez mucha. Me encerré en un cubículo. En este momento no me hacían falta las palabras compasivas de nadie. Quería estar solo ¿Por qué Ailee? Luego de todo lo que pasamos para poder estar juntos, francamente no entiendo. Quería pensar de que todo esto se trataba de una pesadilla. Que me despertaría con ella en nuestra luna de miel en Maldivas. Unos pasos que se acercan me distraen de mi sueño perfecto.

- G.O hyung... - el susurro de mi amigo me hizo abrir la puerta.

- Mir – salí tratando de arreglar mi peinado - ¿Me tienes alguna novedad? -.

- ¿De verdad quieres saber? - se rascó la cabeza. Me preocupé. No eran buenas noticias.

- No quiero rodeos -.

- Me dijeron que está en Tokio en este momento -.

- ¿Tokio? - pregunté sorprendido.

- Viajó muy temprano en la mañana y... - se mordió el labio.

- Dime todo Mir, puedo soportarlo – suspiré.

- Al parecer se fue con un productor musical que conoció cuando estaba grabando su último CD. Sus amigos le aconsejaron que no se deje seducir por un casanova como él pero ya era demasiado tarde -.

- ¿Ailee se fue con un casanova a Tokio? - mi mente estaba confundida. Mir no paraba de hablar.

- Por lo que oí, se trata de un seductor de primera. No le importa el género siempre que le sean atractivos. La verdad es que no entiendo a Ailee, cómo se le ocurre dejarte plantado... -.

Me miraba al espejo y veía el reflejo de mi amigo moviendo los labios. Lo que decía ya no me importaba. Ella se había ido y con otro. Con alguien que no valía la pena. Podría conformarse si supiera que la iba a amar y hacer feliz pero no parecía ser el caso. Sólo se trataba de alguien que disfrutaba del sólo hecho de conseguir lo que se proponía. Alguien que le arruinó la vida. Apreté los puños y golpeé el lavabo.

- Hyung, me asustaste – se sobresaltó Mir.

- ¿Cómo se llama el productor? - pregunté apretando los dientes.

- ¿Eh? - la cara de mi amigo era una mezcla entre confusión y miedo.

- Dime el nombre -.

- ¿En qué estás pensando? -.

- No pienso matarlo si es eso lo que te preocupa. No voy a ensuciarme las manos con tan poca cosa – sonreí falsamente.

- ¿Entonces? -.

- Sólo necesito que me digas cómo se llama – lo tomé por los hombros.

- SeungHo.... - murmuró – Yang SeungHo... ¿Qué piensas hacer? -.

- Algo que nunca pensé que haría Mir, algo que nunca creerías – sonreí de lado y salí del baño. Yang SeungHo, no sabes con quién te has metido. Pronto vas a tener noticias mías.