viernes, 30 de enero de 2015

Jeju Island (XVIII)

Domingo (parte 2)


G.O había logrado su propósito, que SeungHo se rindiera y comenzara a gemir cada vez más alto. Sabía que debía concentrarse en la delicia de hombre que estaba disfrutando pero no podía evitar preguntarse si Thunder se despertaría gracias a eso. Fue deshaciéndose de cada prenda de dormir molesta que los cubrían a ambos hasta quedar como debían estarlo siempre: desnudos. Sus manos recorrían las níveas piernas mientras dejaba besos en todo el torso hasta llegar al ombligo. Levantó la vista y miró de forma seductora a SeungHo mientras bajaba más lentamente y depositaba un beso en la punta del miembro sin desviar la mirada provocando que el otro se arqueara frente a tan erótico acto.

Thunder estaba teniendo un sueño maravilloso. Tenía al jefe Yang debajo suyo mientras lo montaba y disfrutaba de cada gemido que salía de sus perfectos labios. Todo iba de maravilla hasta que escuchó la palabra "G.O" y frunció el ceño. La repetición de esa palabra en tonos cada vez más altos hizo que despertara y se encontrara con que seguía escuchándolo. Entonces se dio cuenta. Lo que había entrado a sus sueños era algo muy real. Se levantó lentamente y caminó hacia la puerta de la habitación. El corazón amenazaba con salirse de su pecho a cada paso que daba. Los gemidos de SeungHo seguían haciendo eco por toda la casa, provocando oleadas de calor en su propio cuerpo. Con la adrenalina y la excitación corriendo por su sangre se dio cuenta que la puerta estaba ligeramente abierta, como si la suerte misma le diera la oportunidad de espiarlos. Tratando de ser extremadamente silencioso se asomó y la escena que se encontró fue mucho más impresionante que lo que había podido pasar por su cabeza. SeungHo retorciéndose de placer, su cabeza yendo de izquierda a derecha mientras se mordía los labios tratando de contenerse pero sin mucho resultado. G.O encima, penetrándolo a una velocidad que sólo se podía lograr cuando se estaba casi en el cielo. Su imaginación voló y se vio encima del jefe Yang, montándolo como en el sueño pero con G.O completamente enterrado en SeungHo al mismo tiempo. Tres cuerpos moviéndose en perfecta y precaminosa sintonía tratando de llegar al orgasmo. Esas imágenes y lo que oía hacían estragos en su sistema. El pantalón se sentía cada vez más apretado y pasó una mano para aliviarse pero un nuevo gemido hizo que se sintiera desesperado. Ya no podía calmarse. Con todo el cuidado que podía tener en esa situación se desabrochó el botón y bajó el cierre. Metió una mano dentro de su bóxer mientras no despegaba la vista del espectáculo y rogaba que no pudieran verlo. Cerró los ojos y se dejó llevar, tapándose la boca con una mano y masturbándose con la otra. Imágenes de su propia fantasía recorriendo libremente su mente. Estaba en el límite. El grito de éxtasis del jefe Yang impulsó su propio orgasmo. Trató de regular la respiración y fue rápidamente hacia su sillón. Trató de limpiarse como pudo con un pañuelo que tenía en su bolsillo y volvió a acostarse. Seguía con las mejillas rojas y el corazón acelerado. Si antes tenía alguna duda ya estaba descartada. Su meta era cumplir con esa fantasía cueste lo que cueste.
G.O se desplomó encima de SeungHo mientras lo miraba quedarse dormido. De cerca se veía absolutamente tierno y hermoso. Un ángel que había conseguido convencer de que estuviera a su lado desde el primer momento que puso sus ojos en él. Sonrió de forma traviesa. Nunca pensó que Thunder fuera capaz de masturbarse viéndolos. Fue como un afrodisíaco el observarlo comer con la mirada a su novio, deseando ser él la persona por la que gritaba. El hambre reflejado en sus ojos. La necesidad cruda de no ser un voyeur sino un participante. Se tumbó de costado y los tapó a ambos. Cualquiera pensaría que estaba arriesgándose, pero él sabía mejor. Cerró los ojos y se quedó dormido. El sol estaba invadiendo la habitación lentamente.

 

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