domingo, 14 de julio de 2013

Jeju Island (I)

Capítulo I: Torre Norte, Rutina.

Mir se levantó a las siete y media de la mañana, como cada día desde que llegó al complejo. Se bebió su primera taza de café que lo despertaría para comenzar su día. A las ocho y con su corbata recién anudada, sonó el timbre. Se apuró a tomar el saco de la silla y fue casi corriendo a la puerta.

- Buenos días Mir – sonrió Thunder mientras le daba un vistazo a la ropa de su amigo –. Creo que está todo en orden -.
- Thunder – lo miró –. Puedo decir lo mismo de ti – se quedó pensando –. No recuerdo haber visto esa corbata antes, ¿es nueva? –.
- Una de las chicas del jefe se la regaló a él y en cuanto se fue me llamó para dármela – suspiró – ¿Es muy fea? – preguntó curioso.
- Más bien diría que es costosa – entrecerró los ojos mientras trataba de calcular el precio – Me pregunto por qué siempre se deshace de las cosas que le regalan…-.
- Simple – sonrió Thunder – sabe que son regalos de cortesía, probablemente hayan sido comprados por algún asistente. Así son las hijas de los hombres de poder – se encogió de hombros mientras iba caminando hacia el ascensor – Vienen invitadas por la empresa, están un par de días, conocen al jefe, tratan de seducirlo con regalos y luego se van cuando no lo consiguen -.
- Y los regalos siempre caen en tus manos… - lo miró mientras trataba de seguirle el paso.
- A veces sí, a veces no. Hay ocasiones en las que el jefe me dice que lo sortee entre las personas de nuestro piso y eso hago. Son reuniones muy divertidas -.
- Una lástima que no trabaje en tu piso – hizo puchero Mir mientras entraba al ascensor.
- Te prometo que si vuelvo a recibir una corbata, la guardaré para ti -.
- Gracias – sonrió.
Cuando llegaron al edificio central, Mir saludó a su amigo mientras se encaminaba al piso de las oficinas administrativas. Tenía otro día por delante, sólo esperaba no tener que correr por todo el complejo. Se sentó en su cubículo y comenzó a leer todo lo que tenía agendado. A las tres de la tarde tenía que ir a buscar un informe sobre seguridad informática y datos de reservas hechas vía Internet. Era la primera vez que iba a visitar ese piso desde que llegó. Había escuchado rumores sobre el jefe del área IT, que había llegado al mismo tiempo que él, y ninguno era bueno. Que ningún pasante duraba más de una semana y que era sumamente exigente. Incluso los empleados tenían que estar las veinticuatro horas disponibles y localizables porque cualquier falla que no se corrigiera a tiempo representaría una pérdida millonaria a la empresa. No sabía si sentir miedo o tener expectativas. Finalmente iba a poder ver los números que hacía la facilidad de hacer una venta online de paquetes turísticos. Revisó los demás horarios y todo se trataba de lugares que ya había ido. En lo que se refería al edificio central, no quedaban muchos lugares que no conociera. Incluso gracias al Supervisor, jefe de Thunder, tuvo la oportunidad de conocer el Playroom, las piscinas exteriores, el restaurant coreano Cheonjee y el Casino. Quedaban varios lugares más para recorrer y él, aunque fuera pasante, podía usar las instalaciones que quisiera. Habían cosas fuera de discusión, como el Casino, que no quería pisar salvo que sea por trabajo y el restaurant japonés que según había escuchado por Thunder, manejaba unos precios que le impedía pensar en ir no más que una vez en todo el verano. Sacudió la cabeza mientras se levantaba de la silla e iba a su primer misión. Lo único que se le ocurría luego de tantas horas trabajando, era sentarse en su adorada cocina y contemplar a su vecino de la Torre Sur. No encontraba otro lugar mejor que ese para estar en todo el complejo. Tal vez algún día se sincere con su único amigo en este lugar y le pida ayuda o apoyo para tratar de encontrar el lugar donde trabaja.

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