sábado, 27 de diciembre de 2014

Jeju Island (XV)

Torre Norte, Amanecer

Joon estaba pagando parte de la cuenta en la caja registradora cuando volteó a mirar y sólo vio a Mir con la cabeza apoyada en la mesa. Se sorprendió al notar que los otros tres habían desaparecido en segundos. Sobretodo la ausencia de Thunder. Sabía que el asistente estaba borracho pero no creía que fuera a dejar a su mejor amigo allí tirado. Por lo visto, sus deducciones eran equivocadas. Se acercó a la mesa sólo para comprobar una vez más que el pequeño seguía fuera de combate. Sonrió. Pequeño. Era la exacta palabra para describirlo. Al conversar con él unas horas antes se había enterado que al menos era tres años menor que él y eso lo convertía automáticamente en el de menor edad en la mesa. Le tocó el brazo y trató de sacudirlo, pero todo intento porque despertara era en vano. No le quedaba otra alternativa más que llevarlo a su casa. Vagamente recordaba que SeungHo hyung le mencionara dónde vivía, como mucho sólo “Torre Norte” quedó fijo en su memoria. Suspiró. Como pudo lo acomodó en su espalda y se fue del bar rumbo a las torres donde vivían. Iba caminando lentamente mientras sentía los primero rayos del sol acariciar su cara. Definitivamente era algo maravilloso estar en la isla y disfrutar de tan hermoso paisaje. Usualmente llegaba a la casa mucho antes que el sol saliera y desde que tenía el turno nocturno no había tenido oportunidad de disfrutar la calidez de un amanecer en su cuerpo. La única luz que siempre veía era la fogata central del área de carpas y prenderla todas las noches le ocasionaba escozor en los ojos. Quería ir hacia la arena, colocar una manta y cerrar los ojos para disfrutar el calor del sol pero sabía que en este momento no podía. Sintió que Mir se sacudía ligeramente. Era probable que en sus sueños la luz del sol le esté molestando. Caminó un poco más rápido para llegar al departamento. Tal vez un día pueda invitarlo a ver el amanecer en la playa. Un día en que los dos estén conscientes, se recordó divertido.

Mir abrió los ojos con lentitud. Podía sentir el sol colarse por algún espacio que no haya llegado la cortina. Gruñó enojado porque eso no lo dejaba dormir en paz. Trató de tomar la manta para cubrirse completamente de tan molesto obstáculo que le impedía continuar con el sueño que estaba teniendo. Cuando consiguió aferrarse a la manta frunció el ceño. No recordaba tener una con conejitos. Se incorporó bastante mareado mientras se refregaba los ojos. Podía sentir el dolor de cabeza acechando a medida que recobraba sus cinco sentidos. Se masajeó distraídamente la sien tratando de alejar cualquier dolor. Al enfocar mejor comenzó a echar un vistazo al entorno y nada le resultó familiar ¿Todavía estaba durmiendo? Veía una colección de Pikachu en un rincón de distintos tamaños ¿Era un sueño sobre Pokemon? ¿Ahora tendría que levantarse y salir a cazarlos? Rió ante lo absurdo de la idea. Se destapó lentamente y notó que no tenía pantalones. Estaba por preguntarse dónde los había dejado cuando escuchó a alguien toser. 
- Buenos días Mir ¿Dormiste bien? – preguntó Joon con una sonrisa y una bandeja con el desayuno en las manos.
Mir vio a Joon todo sonriente y miró su falta de pantalones. Repitió la acción al menos cinco veces hasta que la cara de Joon pasó de alegre a curioso. Estaba confundido y su cerebro se negaba a procesar toda la información que estaba recibiendo. Habitación extraña. Él sin pantalones. Joon apareciendo con el desayuno. ¿Qué había pasado anoche?

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