martes, 30 de diciembre de 2014

Lluvia






La lluvia prácticamente inunda la ciudad pero no nos importa. Llegamos a nuestra casa empapados, riéndonos por el aspecto del otro. Amo tu alegría. Preparo el jacuzzi para que ninguno de los dos nos enfermemos. Aunque conozco una forma infalible, la hemos aplicado varias veces. Pero hoy estoy dispuesto a esperar un poco más. Una vez todo listo te llamo. Nos desprendemos de nuestra ropa mojada. No puedo evitar admirar tu cuerpo desnudo. Eres tan blanco, casi irradias luz propia. Incluso ahora que se ha cortado la luz por la tormenta y sólo te alumbra un par de velas. Dejo que te metas primero y luego lo hago. Te paso jabón por la espalda mientras hablamos sobre nuestros día. Me gusta escucharte, aunque en estos momentos son otros sonidos los que me gustaría oír de esos labios que tanto me tientan. Sé que te das cuenta de mis propósitos porque sonríes coqueto mientras te lames los labios. Tú mismo estás dispuesto a jugar con fuego. El primer acercamiento es crucial. Ninguno quiere dar su brazo a torcer. Jugamos a tentarnos sin poner un dedo en el cuerpo del otro. En este momento, todo cansancio y hambre se ha desvanecido. Sabes que soy impaciente y juegas con eso. Pasas tu mano por sectores que yo deseo tocar. Te muerdes los labios mientras cierras los ojos, como si disfrutaras el hecho de que soy un simple espectador de tu placer. Susurro tu nombre sin evitarlo. Seungho. Mi tormento. Me acerco sigilosamente aprovechando tu descuido. Beso tus labios con toda la pasión que has desatado. Me correspondes de la misma forma, enfrascados en una batalla de lenguas y manos. Debo castigarte por tu juego previo. Muerdo el sector que une el cuello y el hombro, sé que es tu punto débil. Hoy sólo déjame ganar la batalla, luego veremos. Mi nombre se escucha tan dulce en tus labios... Byunghee...Ese tono que usas, tan seductor, tan promiscuo. Tu voz misma es un afrodisíaco para mi cuerpo. Siento que no puedo aguantar más, necesito que seamos uno. Disfrutar de la calidez con la que me envuelves. El agua se va entibiando pero nuestra pasión mantiene la temperatura elevada. Mis manos y mis labios te distraen mientras intento que te abras a mi. Verte así, tan entregado al placer, con mis marcas en tu piel me enloquece. Es el momento. Me abro paso en tu interior. Ah... Me siento como en casa, en ese lugar donde quisiera estar siempre. Vaivenes lentos mientras te ajustas a mí. Besos, caricias a tu zona más íntima. Tus dulces gemidos haciendo eco en mi oído. Aumento la velocidad. El agua hace pequeñas olas mientras me muevo. En este momento ni siquiera me importa si se inunda el lugar. Sólo la persona que está debajo mío, gritando mi nombre cada vez que golpeo esa zona especial en su interior. Puedo ver las puertas del paraíso abriéndose, invitándome a ir. Te acaricio con más velocidad, quiero que lleguemos juntos. Me aprietas con fuerza y es lo que estaba esperando. Salgo de tu interior y entro con fuerza. Ahora ambos estamos allí. Muchos lo llaman clímax, yo lo llamo cielo. Te abrazo hasta que los últimos espasmos se desvanecen. Un Te Amo por parte de los dos. Un beso dulce. Me levanto y prendo la ducha con agua caliente. Te sostengo mientras los vestigios de nuestro encuentro desaparecen de ambos cuerpos. Te llevo en brazos hacia la cama. Afuera, la tormenta sigue. Sólo los relámpagos nos alumbran ocasionalmente. Ambos estamos acostados, envueltos en batas. Tu piel sigue brillando. Me miras y sonríes travieso. Amo los días de lluvia contigo.

Fin




1 comentario:

  1. Wow me encanto
    que lindos, entonces debe de llover más seguido
    imagine cada expresion de ambos durante el juego de provocarse sin tocarse
    me emociono leerlo, hace mucho que no leo de ellos

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